Sembrar un árbol es muy importante. De hecho he sembrado varios durante mi vida. Y pienso que es algo que debemos incentivar en los adultos y nuestros hijos. Pero, reducir la estrategia verde de una empresa a solo sembrar árboles, considero que es in error. La iluminación represente entre 30% y un 40% del consumo total de energía en un edificio. Esto es según datos provistos por la Agencia de Protección Medioambiental de Norte América (EPA por sus siglas en ingles). Otro dato importante es que el 99% del total de edificios existentes, son los actuales. Es decir que solo el 1% de los edificios, son edificaciones nuevas, recién hechas o en construcción. Otra estadística nos dice que el 75% de los edificios han estado allí por más de 10 años. Lo que significa que con solo actualizar o hacer pequeños cambios en la iluminación existente, podemos bajar nuestro consumo e impactar positivamente el medio ambiente.
Lo anterior lo logramos, debido a que consumimos menos energía y por consiguiente los generadores requieren de menos combustible para generar electricidad. El consumo de combustible en una planta, genera CO2. El cual va a nuestro medioambiente y es citado por los especialistas como la causa principal del calentamiento global. Según la EIA (US Energy Iformation Administration), una firma independiente de estadísticas sobre energía norteamericana. Por cada kWh de energía consumido, enviamos 1.67lbs de CO2 generado con derivados del petróleo al medio ambiente y 1.12lbs CO2 generado con GAS Natural. Dependiendo la matriz principal de combustible que utilice cada país, estamos reduciendo una cantidad considerable de CO2, por cada proyecto de ahorro de energía en iluminación implementado.
Si tomamos los 118,272kWh que nos ahorraríamos en el ejemplo citado en la página 45 de este libro. Estaríamos eliminando unas 197,514.24lbs de CO2 generado por derivados del petróleo y unas 132,464.64lbs de CO2 generado por Gas Natural. Llevándolo a términos que podamos entender, un árbol adulto limpia unas 48lbs de CO2 al año. Lo que quiere decir que nuestro ahorro anual equivale a sembrar unos 4,115 árboles al año, durante la vida de nuestro proyecto. Otro ejemplo puede ser el siguiente: un vehículo promedio de pasajeros produce 11,464.08lbs de CO2 al año. Sabiendo esto nuestro ahorro, se traduciría en liberar del parque vehicular un promedio de aproximadamente 21 vehículos anuales, durante la vida de nuestro proyecto de ahorro. Esta se establece por la duración de los componentes utilizados en el proyecto, que puede estar entre 8 y 12 años en promedio (siendo conservadores, ya que hay componentes que de nuestro proyecto que tienen una vida promedio de 20 años).
Con lo anterior demostramos que el impacto positivo en el medio ambiente de un proyecto de ahorro de energía en un edificio, es considerable. Ya habiendo establecido que el 75% de los edificios establecidos tienen más de 10 años, hay una oportunidad enorme de impactar positivamente nuestro medio ambiente y nuestro planeta. Que hasta lo que tenemos de información, sigue siendo uno y muy vulnerable a los efectos de nuestra vida como seres humanos en el.